Desde el 23 de mayo de 1915 la Escuela se llamó Escuela Normal Popular – durante la gestión del Gobernador, Dr. Menchaca, fue su Primera Directora la Sra. María Laura A. de Welsh; su Vicedirectora, María Elena Baldidares y su Primera Regente, María Elena Méndez. En 1916 fue oficializada con el nombre de “Escuela Normal
Desde el 23 de mayo de 1915 la Escuela se llamó Escuela Normal Popular – durante la gestión del Gobernador, Dr. Menchaca, fue su Primera Directora la Sra. María Laura A. de Welsh; su Vicedirectora, María Elena Baldidares y su Primera Regente, María Elena Méndez.
En 1916 fue oficializada con el nombre de “Escuela Normal Provincial” posteriormente por Resolución Ministerial se llamaría “Escuela Normal Rural”, más tarde “Escuela Normal Nº 2” “Manuel Leiva” (1794 -1879) quien fuera un insigne constitucionalista federal y político santafesino.
El 21 de junio, por decreto Nº 2277, Exp. Nº 04/0019933 y conservando el número y nombre, se designa Director Organizador al Prof. Hernán Nin.
Hoy recibe el nombre de Escuela de Enseñanza Media Nº 202 “Manuel Leiva”
Posee un solo turno – el de la mañana – y actualmente cursan casi 500 alumnos.
Cuenta con 3 Orientaciones bien diferenciadas entre sí: Ciencias Naturales, Comunicación, Artes y Diseño y Humanidades y Ciencias Sociales.
Desde 1996 forma parte del Plan de Escuelas Asociadas a la UNESCO, obteniendo una de las mejores calificaciones del país en la evaluación efectuada por las autoridades de dicha Organización.
A partir de 1998 fue designada como Escuela Sede del Proyecto VII, opción educativa valiosa para la Educación Rural, constituyéndose como Agrupamiento Nº 43 de Profesores Itinerantes de la Región V.
La impronta que la signa y la deviene única, se funda en la valoración del adolescente como sujeto vital, libre, creativo y reflexivo, posibilitando así su inserción social y atendiendo a su realización histórico-cultural.
Constituye una Escuela abierta, en permanente diálogo con la comunidad, recuperando utopías y emergentes posibles de la cotidianeidad a través de propuestas innovadoras, comprometidas y éticas.
Así, el diálogo, la solidaridad, la responsabilidad, el protagonismo, los valores, la posibilidad de una mirada lúdica y caleidoscópica se recrean y resignifican en la construcción de los aprendizajes y el conocimiento.
1 Comentarios
Juan Alberto Spadaro
11 septiembre, 2019, 9:57 amFuí alumno de la Escuela en 1957/58 y profesor de Derecho Civil en 1975/76 del Profesorado de C. Económicas. Hoy 11 de septiembre me complazco en hacer llegar este documento.
A LA MAESTRA ARGENTINA
Escribano Juan Bautista Spadaro
La Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe en 1934 lo distinguió en un concurso literario con el primer premio por su oración “A la maestra Argentina”.-
Cuando tú hablas, con ese cálido acento encendido de promesas y cargado de emociones, parece que flotara en el ambiente una inefable armonía que cautiva el alma de los niños.
Al conjuro de tu plácida mirada van entregándose a tus anhelos, enternecidos por la dulzura de tu voz, y te contemplan embelesados, como si presintieran que con tus modos y tus afanes, paso a paso en puntitas de pie, los vas empujando hacia la vida.
Y contraída con amor a esa tarea que te absorbe por entero, insensiblemente, uno tras otro, se van desgranando los años mozos de tu existencia, sin reparar que por querer demasiado a los hijos de los otros, tal vez te falto el tiempo para forjarte la ilusión del hijo tuyo.
¡Maestra buena, candorosa y bella, como las almitas tiernas de tus pequeñuelos!
Al igual que esas mujeres abnegadas de Mendoza, que ofrendaron sus joyas por la libertad de medio continente, tu también brindas a cada instante el tesoro inagotable de tu corazón y tu cerebro, para que la patria sea grande, cual la soñaron los hombres de antaño.
Como las heroínas de Ayohuma, que saciaban la sed de gloria de las huestes de Belgrano, tu, con idéntico afán, das de deber a la progenie que te reclama, con el cántaro mágico de tu sabiduría, que también hace patria.-
Por el influjo de tu acción tesonera, se poblaron fábricas, talleres y universidades, y los campos ubérrimos, abrieron sus entrañas al progreso, despertados por la canción que desde bajo supiste enseñar a tus pequeños.-
Pero si un día, Dios no lo quiera, fuera turbada la paz de nuestros lares, allá irán los valientes escuadrones argentinos; marcharán en pos de la bandera las legiones de los varones fuertes, que por la magia de tu palabra aprendieron a amar a la patria; marcharan los niños de ayer, con los ojos fijos en el lábaro sagrado; y se me figura, que entre el celeste y blanco del pabellón victorioso, tu silueta sublime, en magnifica visión, ha de seguir exhortándolos, hoy como ayer y como siempre: ¡Madre nuestra que estás en la escuela y estás en las almas!
Muchas gracias.
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