Edición N° 275 - 5

Evolución y revolución de la escritura.

Evolución y revolución de la escritura.

La invención de la escritura está relacionada con el comercio y con la organización de la sociedad (civilización). Su evolución puede dividirse en tres etapas: pictográfica, ideográfica y fonética. Escribir es usar un código de símbolos que transmiten un mensaje completo y entendible. Esta actividad comenzó en diferentes puntos del planeta: Mesopotamia, Egipto, China y

La invención de la escritura está relacionada con el comercio y con la organización de la sociedad (civilización). Su evolución puede dividirse en tres etapas: pictográfica, ideográfica y fonética. Escribir es usar un código de símbolos que transmiten un mensaje completo y entendible. Esta actividad comenzó en diferentes puntos del planeta: Mesopotamia, Egipto, China y México. Algunos expertos sostienen que surgió al mismo tiempo en los dos primeros lugares mencionados. Los sumerios utilizaban unas tablillas de arcilla, planas y rectangulares, consideradas el antecedente del papel y las escribían con cálamo –escritura cuneiforme: cuña– (pluma de ave; córnea, hueca y dura), predecesor del lápiz. Durante 25 siglos emplearon este sistema con unos dos mil símbolos para representar objetos y acciones. Los acadios ocuparon sus tierras y desarrollaron una escritura en la que cada sonido se correspondía con un signo. El origen de nuestro alfabeto es egipcio: los jeroglíficos se escribían en papiro (planta acuática de tallo hueco y liso, rizoma aromático, leñoso y reptante, hojas largas y estrechas y flores pequeñas y verdosas, agrupadas en un penacho de espigas; puede alcanzar hasta 3 metros de altura). Como se trataba de una escritura muy compleja, se la simplificó a través de la hierática y la demótica.
Este alfabeto fue la base del fenicio que luego fue modificado y mejorado por los griegos quienes les añadieron símbolos nuevos para representar los sonidos vocálicos. Los etruscos, admiradores de estos, modificaron el alfabeto griego y lo instalaron en territorio romano. Así surgió el alfabeto latino que, en su origen, constaba de las letras A B C D E F Z H I K L M N O P Q R S T V y X. Las letras mayúsculas derivaron de la escritura capital (se usaba en monumentos y en documentos importantes) y las minúsculas, de la cursiva romana (la usaban funcionarios o comerciantes). En China, la escritura aparece por primera vez en los llamados “huesos oraculares” de la civilización Shang, que datan de 1200 a C.
Sin embargo, se han encontrado signos mucho más antiguos en la cerámica de la cultura Yangshao, que data de entre 5000 a 4000 a C, y que podrían ser precursores de una forma más antigua, aún por descubrir, ya que muchas zonas de China todavía no se han excavado arqueológicamente. En América la escritura más antigua es la olmeca que existió en la región de Veracruz en el Golfo de México.
La primera muestra convincente fue descubierta a finales de la década de 1990. Se ha fechado alrededor del año 900 a C, más de un milenio antes de la aparición de la escritura jeroglífica maya en la región de Yuca-tán. Aunque esta muestra olmeca es muy pequeña y la escritura está sin descifrar, hay razones para creer que puede ser un sistema de escritura completo, el primero de América.
Por lo anterior, las fechas aproximadas de origen de la escritura serían: Mesopotamia 3100 a C, Egipto 3100-3000 a C, China 1200 a C y México 900 a C.  Esta cronología permite suponer que la misma se difundió desde Mesopotamia hacia otras culturas. En su prehistoria se encuentran las pinturas rupestres.
Si hablamos de escritura, debemos hablar del papel. La invención de la imprenta por parte de Gutenberg, en 1440, fue un factor crucial en la reforma religiosa de Europa, contribuyó a la ciencia, posibilitó los diarios, la literatura y el texto escolar; sin embargo, nada de eso hubiera sido posible sin el papel. Este fue inventado por los chinos en el año 105 d C; al principio lo utilizaban para envolver objetos preciosos y después, para escribir (más liviano que el bambú y más barato que la seda). El papel llegó a Alemania apenas unas décadas antes de que se inventara la imprenta. Los europeos no lo necesitaban porque disponían del costoso pergamino confeccionado con cuero de animal (la impresión de una Biblia requería el cuero de 250 ovejas; aunque la producción no era masiva puesto que eran pocos los que sabían leer y escribir). Con el incremento de sectores dedicados al comercio (llevar cuentas y elaborar contratos) el papel comenzó a resultar interesante. Se trata de un producto industrial elaborado a escala masiva.
Inicialmente se extraía de la pulpa del algodón y se requería mucha energía mecánica. Una vez macerada, la celulosa del algodón se desprendía y flotaba en un líquido espeso que luego se vertía y se dejaba secar. Con el tiempo, se tornaba amarillenta y se rompía.
Entre las ventajas del papel, se puede decir que con el desarrollo de nuevas técnicas para la elaboración de fibras vegetales obtenidas de los árboles, su precio se redujo drásticamente, lo que permitió la alfabetización de las masas; en cuanto a las desventajas, se debe señalar que para hacer una tonelada de papel hacen faltan de 2 a 2,5 toneladas de madera y 30-40 metros cúbicos de agua, debe usarse energía eléctrica y gas metano para alimentar las máquinas industriales y, según el tipo de papel, aditivos químicos contaminantes.
Por esta razón, es importante elegir un papel ecológico o reciclado que permita reducir el impacto ambiental derivado de su producción (el papel ecológico se produce con celulosa obtenida de madera proveniente de bosques con el certificado FSC (Forest Stewardship Council), en los que se respetan estrictas normas medioambientales, sociales y económicas; en cambio, el papel reciclado está hecho con materiales de papel recuperados. Sin embargo, el cloro utilizado para blanquearlo y otros aditivos químicos pueden hacerlo menos ecológico de lo que se cree). Algunas alternativas ecológicas incluyen descartes de frutas y verduras, residuos de fabricación de cueros y peletería, y cáñamo.
La tecnología revolucionó nuestra forma de escribir. Algunos sostienen que los días del papel están contados, pero su venta sigue en alza y, en algunas prácticas, es indispensable.
La escritura digital tiene sus ventajas: economía, rapidez, facilidad para editar y corregir, posibilidad de acceso a mucha información (hipertextualidad), dinamismo y eliminación de distanciamiento físico.
Usar un teclado es una forma rápida de escribir con una letra legible y otorga la facilidad de distribuir documentos digitales y de imprimir varias copias de un texto, pudiendo realizar otras actividades al mismo tiempo. Sin embargo, genera menos
capacidad de procesar información nueva.
La Real Academia Española (RAE) presentó en 2018 el Libro de Estilo de la Lengua Española según la norma panhispánica (LELE), editado por Espasa (ISBN: 978-84-670- 5379-1). Este volumen (disponible en versión web y en PDF) fue pensado para los escritores digitales; en él se abarcan desde las cuestiones gramaticales de género hasta el uso de los emoticonos, neologismos, préstamos lingüísticos, extranjerismos y estudia el uso correcto de
la lengua en el correo electrónico, las páginas web, el periodismo digital y los mensajes instantáneos. Las formas actuales de escritura digital han creado nuevos géneros o modalidades de comunicación (mensajes de texto, wasaps, tuits, blogs, foros) que reclaman orientaciones de estilo que este manual facilita dando pautas de redacción y aclarando conceptos relacionados con la redacción.
La escritura tradicional favorece el razonamiento lógico y el desarrollo cerebral, mejora la expresión de ideas, colabora con el desarrollo de las habilidades motoras finas, se procesa mejor la información, potencia la inteligencia, evita las distracciones, mejora el aprendizaje, aumenta la creatividad y es una solución a los problemas de dislexia (alteración de la capacidad de leer), puesto que mejora su proceso cognitivo y disminuye la dificultad de escribir letras, números o símbolos en el orden correcto.
Generalmente, los cambios vinculados con el progreso son bienvenidos, aunque a veces generan resistencia. No siempre lo moderno es mejor. Gracias a la capacidad de discernimiento sabremos cuándo emplear uno u otro tipo de escritura. Con o sin papel, con o sin lápiz, escribir seguirá siendo una de las prácticas que mejor nos definen en nuestra humanidad.

Marcela Ruiz
Profesora de Castellano, Literatura y Latín

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