Los túneles que cruzan el éjido urbano de nuestra ciudad lo hacen en diferentes sentidos, sin haberse comprobado aún si tienen conexión entre sí y cuáles eran sus funciones, por lo que constituyen todo un misterio a develar. A medida que han sido descubiertos producto de las nuevas edificaciones, su conocimiento ha gestado en la
Los túneles que cruzan el éjido urbano de nuestra ciudad lo hacen en diferentes sentidos, sin haberse comprobado aún si tienen conexión entre sí y cuáles eran sus funciones, por lo que constituyen todo un misterio a develar.
A medida que han sido descubiertos producto de las nuevas edificaciones, su conocimiento ha gestado en la imaginación popular las conjeturas propias del ámbito del folclore subjetivo, alimentado esto, ya sea porque se asocian a los túneles de la época colonial cuando fueron construidos para acciones militares, cuestiones religiosas, comercio ilícito o sociedades secretas o herméticas, tales son los casos de las principales ciudades del país como Buenos Aires, Córdoba y Paraná.
Muy diferente fue el objetivo que cumplieron los túneles de la zona rural, precisamente en la época que arreciaban los malones, las estancias poseían en sus cascos esos conductos como una vía de escape, generalmente el ingreso estaba dentro de alguna habitación, sótano o galpón y terminaba en el aljibe o en las inmediaciones del corral para desde ahí, poder huir del peligro.
Pero aparentemente es otro el caso que nos interesa y que además guarda semejanza con los que han aparecido en localidades vecinas como Firmat, Carcarañá y Rosario, despertando la consiguiente curiosidad y el tratamiento por parte de arquitectos e historiadores, ya que su construcción es generalmente abovedada de ladrillos asentados en barro o cal y arena, denotando todos ellos su centenaria antigüedad. Algunos corresponderían a los almacenes que los utilizaban como despensa. Estos tenían un ligero declive para hacer rodar las bordalesas y terminaban en un pozo de agua, que le daba la temperatura adecuada al sótano.
Personalmente tuve la oportunidad de recorrer el túnel del almacén que fuera de Esteban Pozzi cuya construcción data del año 1883, el que se halla ubicado en la intersección de las calles Wa-shington y Güemes. Sin embargo la duda se presenta con aquellos túneles cuya profundidad es mayor y en algunos casos su orientación parece indicar que se conectarían con otros.
A los ya conocidos, como el que está donde actualmente funcionan las oficinas de la E.P.E., el que estaba donde funcionó la cremería del Barrio Yapeyú, se le suman los de reciente descubrimiento como el de la Cooperativa Carlos Casado, el ex Hotel España, el de la esquina de Mitre y Buenos Aires, este parece que conectaba con el ex Hotel Italia de la esquina de Mitre e Yrigoyen, el del Bvd. Ovidio Lagos frente al Colegio de la Misericordia (domicilio particular) y cerrando, hasta el momento, esta nómina, el que apareció cuando se derrumbó el antiguo edificio del Museo Municipal “Don Santos Tosticarelli”, en calle 1ero. de Mayo al 2100.
A todos ellos tendríamos que agregarles aquellos que están presentes como parte del folclore urbano y que hacen referencia a supuestos túneles que vincularían la excasa de Carlos Casado con el Colegio de la Misericordia y a esta Institución con la Parroquia San Pedro.
Lo concreto es que este tipo de construcciones nos hablan de la época heroica de la Villa y su embrionaria sociedad portadora de una cultura empírica de ideales liberales y cuya consigna era: “Donde hay libertad, hay trabajo”.
Desarrollo Urbano:
Con el inicio de la construcción de la Capilla en 1885 sobre la actual calle Buenos Aires se reafirmó el predominio del eje comercial de la Villa.
El efecto urbanizador del ferrocarril fue extraordinario, la construcción de la Estación del F.O.S. se terminó en 1885. En un par de años la Villa se fue transformando paulatinamente en un pueblo con 185 comercios, fábricas y talleres de los cuales 33 eran almacenes, 3 molinos, 13 fondas, 14 tiendas, 4 herrerías, 5 carpinterías, 2 panaderías, 2 sastrerías y 5 diversos. En 1886 el incremento poblacional ya se manifestaba con claridad sobre la economía local, resultante directa del ferrocarril fue la instalación de Barracas, depósitos de granos, almacenes al por mayor, corralones de carros, también fue la apertura de fondas, posadas y cafés.
La actividad de la floreciente Villa hizo que se duplicara la población en 5 años multiplicándose los talleres artesanales y comercios relacionados con el rubro construcción, carpintería, hornos de ladrillos y tejas, ferreterías y herrerías con la alimentación y con los textiles las 33 fábricas y talleres artesanales y 69 comercios hicieron de Villa Casilda el centro urbano mas próspero del Departamento San Lorenzo (al cual pertenecía entonces).
Con el desarrollo urbano, las nuevas construcciones no fueron diferentes a la que proliferaron en todo el país durante esa época. La colectividad italiana dejó su impronta por ser predominante cuantitativamente, las modalidades arquitectónicas empleadas fueron las pilastras, cornisones y grandes aberturas, las ventanas tuvieron las tradicionales rejas de hierro forjado. En las primeras obras los muros tenían un espesor que llegaban en algunos casos a ser de 0,45 m. y los ladrillos se asentaban en barro. Estos también eran utilizados para hacer los pisos. El techo se realizaba con una cubierta de chapa de zinc procedente de Inglaterra, estando asentada sobre ladrillos como cielorraso, todo estaba sostenido por una tirantería y alfajías de madera dispuesta transversalmente.
No aparecía todavía el esquema de la casa «chorizo», el planteo era de ampliar habitaciones apareadas junto a la línea de edificación, lo que no faltó fue la galería dando al patio.
En este tipo de vivienda se remarcó el ingreso por medio de un portal de neto corte renacentista con imitación a la sillería en piedra.
Fue en este tipo de construcciones que se realizaron los diferentes tipos de túneles que se encuentran ubicados en el centro histórico de la ciudad de Casilda.
Características de estas construcciones:
Presentan solamente revestimiento de ladrillos en la parte superior de los pozos; en cuanto a los túneles, están excavados en la tierra y no tienen revestimiento alguno. Los sótanos eran construcciones frecuentes en las viviendas casildenses de fines del Siglo XIX, no se podría descartar que algunas estuvieran comunicadas a través de túneles.
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