La figura de la madre está presente desde los inicios mismos del poblado. La Colonia Candelaria ostenta en su toponimia el signo de Nuestra Señora de la Candelaria, cuya Imagen, venerada en la región desde 1723, es parte del patrimonio histórico de la Iglesia Parroquial “San Pedro Apóstol”, donde se halla resguardada desde 1971.
Por su parte, el amor filial ha guardado en nuestra fisonomía el nombre “Casilda”, con el que Carlos Casado del Alisal ha querido honrar a un tiempo la devoción de su familia por Santa Casilda de Toledo, el respeto y cariño por su madre, María Casilda del Alisal y a través de su hija María Casilda Casado Sastre, la estampa de su esposa Ramona Sastre Aramburu, madre de una numerosa descendencia.
Madres han sido a su vez esas mujeres que arribaron desde distintos lugares de Europa, de América y del territorio argentino, para poblar desde 1870 los campos de la Colonia, dando a esta tierra su primera generación de hijos casildenses.
Muchas de ellas han perdido los contornos de su personalidad y hasta de su propia identidad, por el efecto de una historia en la que los linajes familiares llevaban nombres y apellidos masculinos.
Es una de las tareas más acuciantes y de los mayores desafíos, reconstruir en la medida de lo posible esas trayectorias de las pioneras de nuestra región.
Madres que han dado vida a la trama de nuestra ciudad, ya entrado el siglo XX. La Maternidad “San Ramón” del Hospital “San Carlos” y más adelante la reconocida Maternidad “Casilda” del Doctor Luis Colosio, base del posterior Sanatorio “San José” en Nueva Roma, fueron testigos de una historia que entronca con los más diversos orígenes familiares de nuestro centro urbano. Acompañan en este punto a las primeras comadronas o parteras que arribaron a la Villa y a las profesionales que actuaron ya en los primeros años del siglo XX, entre las que podemos destacar a Rosa Antonelli, Elena Spooner, Amalia Abaca, Palmira Frezzini.
Este lugar de centralidad de la condición de madre resulta tan potente que durante los festejos por el Centenario de la Revolución de Mayo en 1910, las autoridades municipales decidieron otorgar un premio a la fecundidad, para aquellas mujeres que habían procreado más de diez hijos vivos, como aporte fundamental en la construcción de una sociedad cimentada en bases sólidas.
Como ya se ha visto, la impronta religiosa es determinante en la configuración de una historia de la maternidad en nuestra ciudad.
María aparece acompañando con su nombre el nacimiento del Colegio de Nuestra Señora de la Misericordia y de todas las capillas barriales, a partir de la segunda mitad del siglo XX. Y su Imagen, desde 1954, da la bienvenida (la Virgen de la Entrada) a quienes ingresan a la ciudad por su acceso principal sobre la Ruta Nacional Nº 33 y Boulevard Ovidio Lagos.
No es el único monumento que homenajea a las madres. En 1957, con el Cincuentenario de la Declaratoria de Casilda como Ciudad, la Unión Obrera Metalúrgica obsequió al pueblo la efigie de la Madre que se encuentra aún hoy en la intersección de Boulevard Lisandro de la Torre y Casado.
La Asociación de Madres Cristianas fue un organismo muy activo en la organización de tareas filantrópicas y educativas durante esa primera mitad del siglo XX.
Otro tanto ocurre con las instituciones públicas. Las escuelas de la zona dieron origen a la formación de Clubes de Madres que, conjuntamente con las Sociedades Cooperadoras, impulsaron una serie de acciones tendientes a mejorar las condiciones de infraestructura, mobiliario y la satisfacción de necesidades básicas de los estudiantes y de sus familias.
Con la recuperación de la democracia a finales de 1983, el significado de la Madre sumó otro nivel de análisis fundamental. En Casilda, el recuerdo de Gladys Bonafede, madre de Eduardo Bracaccini, simboliza a todas aquellas mujeres que debieron enfrentar la dura realidad del asesinato de sus hijos en los oscuros tiempos de la década de 1970. Madres son quienes han constituido recientemente el espacio «Prohibido Olvidar», que transforma el dolor en apuesta por la concientización ciudadana.

Monumento a la Madre ubicado en
Bv. Lisandro de la Torre y Casado,
donado en 1957 por Unión Obrera Metalúrgica (UOM)