(Extraído del Album 90 años de La Voz del Pueblo – Año 2011) Desde la imagen ofrecida por su mismo nombre, el periódico La Voz Del Pueblo ha transmitido el que quizás pueda definirse como su principal objetivo a lo largo de una trayectoria cimentada en noventa años de esfuerzos: transformar la voz particular de
(Extraído del Album 90 años de La Voz del Pueblo – Año 2011)
Desde la imagen ofrecida por su mismo nombre, el periódico La Voz Del Pueblo ha transmitido el que quizás pueda definirse como su principal objetivo a lo largo de una trayectoria cimentada en noventa años de esfuerzos: transformar la voz particular de sus editores responsables en un medio de expresión de la voluntad ciudadana.
Entendido como espacio predilecto para la defensa de intereses comunes a todos los casildenses, el Semanario de los Cortés se piensa a través de los años como portavoz de una gran pluralidad de ideas que, más allá de sus divergencias, coinciden en la necesidad de aunar criterios para favorecer el adelanto de Casilda.
Quien recorre las páginas que han pasado a constituir el archivo de La Voz del Pueblo puede constatar rápidamente que la inmensa cantidad de temáticas abordadas por sus distintos directores y colaboradores traza, sin lugar a dudas, un mapa de ruta que permite ingresar a Casilda por vías de acceso múltiple, mostrando a partir de sus más variados itinerarios cuáles han sido las grandes preocupaciones evidenciadas por el vecindario local durante casi cien años.
Las Principales Obras
La cuestión del orden urbano en la ciudad ha sido, tal vez, uno de los asuntos que con más atención es destacado semana tras semana en sus hojas. En este punto, es decisivo destacar que, más allá de las opiniones puntuales de los autores de la edición, el periódico parece empeñado en una tarea de permanente rastreo del decir y el sentir de los grupos que integran la comunidad casildense.
Nota a nota se deja entrever la preocupación por retomar la voz de la calle, movilizar la opinión pública y dar a conocer propuestas y programas de acción tendientes a resolver necesidades concretas presentes en el día a día de Casilda.
Las grandes obras de pavimentación, parquización y apertura de calles y caminos de acceso a la ciudad se presentan como uno de los desvelos más repetidos en las ediciones semanales. Sin lugar a dudas, es la construcción del camino pavimentado que une Rosario con Casilda –base de la actual Ruta Nacional Nº 33-, la que mayor impacto posee, tanto por la envergadura de la obra en cuestión como por el seguimiento que ya desde fines de la década de 1920 se realiza sobre sus adelantos, retrasos y paralizaciones, hasta finalizar con su inauguración a mitad de la década de 1930.
En igual dirección es posible mencionar el aporte del periódico en pos de la pavimentación del camino de Casilda a Cruz Alta –Ruta Provincial Nº 92-, del trayecto que une a Firmat con la localidad cordobesa de Corral de Bustos y las iniciativas a favor del trazado de rutas que liguen a Casilda con Cañada de Gómez, Carcarañá y Fuentes.
Es importante resaltar que en estos últimos dos casos, nos encontramos con luchas que atraviesan casi medio siglo de polémicas, proyectos, impulsos, marchas y contramarchas hasta su desarrollo definitivo en el comienzo de la nueva centuria.
En igual sentido, las tareas de pavimentación de la primera veintena de calles céntricas en Casilda, que finalmente se producen entre 1934 y 1935, la construcción de la entrada de asfalto sobre el Boulevard Ovidio Lagos entre las calles Estanislao Zeballos y Colón –verdadero punto de conexión del centro con la ruta a Rosario-, el mejoramiento de los accesos al Hospital San Carlos, al Cementerio público y a otras dependencias de similar estilo, son facetas del mejoramiento urbanístico que nunca han dejado de aparecer en las portadas de La Voz Del Pueblo.
De la misma forma, se apoyan permanentemente iniciativas vecinales que, principalmente desde los años sesenta, permiten llevar la pavimentación a los barrios de la ciudad, instando constantemente a la constitución de Comisiones o Asambleas populares que colaboren con las autoridades municipales en la realización de las obras o que breguen por su ejecución en puntos hasta el momento olvidados o no considerados en la agenda de los poderes públicos.
La Integración
Por su parte, en su afán por garantizar el embellecimiento del Centro Cívico de Casilda, proponiendo al mismo tiempo condiciones de seguridad en el tráfico y de sanidad e higiene en la vida diaria del ciudadano, es partidario del levantamiento de las vías del antiguo Ferrocarril Oeste Santafesino sobre el Boulevard Lisandro de la Torre, de la demolición de los galpones pertenecientes a los graneros instalados por dicha empresa en la zona aledaña a la estación de pasajeros y de la apertura de las muchas calles y plazas públicas obstruidas por el paso del riel, tanto en el área ubicada de espaldas al barrio Barracas como en las arterias cerradas por la ubicación de la estación del Ferrocarril Central Argentino sobre el Boulevard 25 de Mayo.
Efectivamente, otra de las luchas que se observan en las ediciones es la que se lleva adelante para conseguir la apertura del paso a nivel entre el mencionado Boulevard 25 de Mayo y el Boulevard Lisandro de la Torre, labores que finalmente dan comienzo en 1970.
“La Voz” y su lucha por el Bien Comunitario
El retiro del Corralón Municipal de su anterior ubicación –sobre los terrenos pertenecientes actualmente a la Estación Terminal de Ómnibus-, la canalización del zanjón de desagüe situado en el antiguo sector La Penca –en los límites de los barrios Granaderos a Caballo y Barracas- y el cierre de la zanja existente sobre el Boulevard Lisandro de la Torre entre Boulevard 25 de Mayo y Boulevard Argentino –que divide durante décadas en dos segmentos imposibles de franquear al populoso barrio Nueva Roma- son otros tantos pedidos que van a ser oídos en diversos momentos por las autoridades municipales o provinciales.
El mismo cuidado periodístico adquiere el problema de la instalación de servicios públicos vitales, considerados también como pilares del crecimiento de Casilda y su zona de influencia. Así ocurre con el establecimiento del sistema de aguas corrientes y luz eléctrica brindado por Obras Sanitarias de la Nación e inaugurado con motivo del vigésimo quinto aniversario de la declaratoria de Casilda como ciudad el 29 de septiembre de 1932.
Casi desde sus inicios, La Voz Del Pueblo dedica varias de sus páginas a denunciar los abusos producidos por la empresa privada de luz eléctrica de Pedro Rozié que, especialmente a partir de 1922, suma una grave serie de conflictos que obligan al vecindario a padecer durante más de diez años un servicio deficiente, marcado por el aumento de tarifas, las interrupciones permanentes en el alumbrado público y la constante amenaza de transferencia del contrato a empresas monopólicas pertenecientes al capital norteamericano.
Más adelante, los reclamos por el inicio de las obras de extensión de la red cloacal, inaugurada el 29 de septiembre de 1965, se transforman quizás en el segundo momento de desarrollo de una verdadera campaña en pro de la habilitación de grandes obras públicas en la ciudad, en tanto puede decirse que su efectivización, al igual que en el caso del sistema de alumbrado público y aguas corrientes, abarca un conjunto de decisiones, idas y venidas que prácticamente atraviesan toda la primera mitad del siglo XX y que puede seguirse paso a paso en los números de la publicación.
La construcción de un mercado municipal, que represente al mismo tiempo la consolidación de un espacio destinado al intercambio de bienes y servicios libres de intermediarios, en donde los productores locales y regionales puedan ofrecer sus mercancías sin intervenciones improductivas, y un sistema de regulación de los aumentos desmedidos de precios capaz de impedir lo que los hombres de la época llaman carestía de la vida, se repite como proyecto década tras década. La Voz Del Pueblo inserta de manera permanente los diferentes llamados a licitación pública, las propuestas de empresarios particulares, del Departamento Ejecutivo Municipal o de representantes del Concejo Deliberante Municipal, además de numerosas notas, artículos y comentarios sobre los amplios beneficios de contar con una realidad de este tipo, que finalmente nunca logra ser llevada a cabo en nuestro medio.
El establecimiento de la Central de Teléfonos Automáticos, la ya mencionada Estación Terminal de Ómnibus, el edificio propio para las oficinas de Correos y Telecomunicaciones, la defensa de la permanencia de las oficinas de Tribunales, la oposición al traslado del Distrito Militar Nº 34, la lucha contra la supresión de las Oficinas de Tráfico del Ferrocarril General Bartolomé Mitre, las críticas a la supresión de la delegación casildense de la Dirección General Impositiva, muestran por su parte la tendencia constante de los responsables del semanario a mantenerse cerca de las necesidades y demandas básicas de los pobladores casildenses.
Educación y Cultura
En materia de desarrollo cultural, desde muy temprano –en realidad desde sus orígenes mismos como empresa-, La Voz Del Pueblo apoya decididamente el accionar de la Asociación del Magisterio de Casilda que comienza a actuar en la esfera pública a fines de la década de 1920, especialmente a partir de la inserción en sus páginas de notas sobre el estado de la entidad, sus pasos constitutivos y artículos de opinión de sus dos más notables referentes, los maestros Pedro Martí y Oscar del Rosario Álvarez. En este punto, el problema de la equiparación de los títulos de docentes recibidos en la Escuela Normal va a ser una de las facetas más destacadas, donde el periódico reconoce a los docentes formados en el seno mismo de la localidad.
A esto se suma la prédica por la construcción de edificios escolares o por el establecimiento de nuevas entidades en espacios que evidencian la carencia de infraestructura escolar para brindar educación a los niños de los barrios más alejados de la ciudad.
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