Por el Prof. Federico Antoniasi El Doctor Teófilo Meana es una de las personalidades más destacadas de la historia casildense. Su accionar ha trascendido las fronteras de la ciudad, para orgullo de nuestra comunidad. Nació en Córdoba en 1890. Hijo de un médico, siendo aún estudiante de la misma carrera, le tocó asistir en los
Por el Prof. Federico Antoniasi
El Doctor Teófilo Meana es una de las personalidades más destacadas de la historia casildense. Su accionar ha trascendido las fronteras de la ciudad, para orgullo de nuestra comunidad. Nació en Córdoba en 1890.
Hijo de un médico, siendo aún estudiante de la misma carrera, le tocó asistir en los últimos momentos de su vida al Padre José Gabriel Brochero, el “Cura Gaucho”, fallecido en 1914. Era el inicio de una vida que sin duda estaría llamada atravesar grandes experiencias al servicio del bienestar de la humanidad.
Tras un paso por Las Flores, en la provincia de Buenos Aires -lugar al que retornaría muchas veces y en el que también dejó su memorable huella en beneficio de la salud pública- arribó a Casilda conjuntamente con su amigo y colega Doctor Ángel Bilesio, con quien comenzó a desempeñar la práctica de la Medicina en estos pagos. Aquí contrajo matrimonio en primeras nupcias con Francisca Arocena, de la vecina localidad de Fuentes.
Fallecida muy joven, su nombre fue tomado para designar la Sala de Cirugía patrocinada por Meana en el Hospital “San Carlos” de Casilda.
Precisamente el Hospital de nuestra ciudad fue el eje de su formidable labor médica y docente. Entre las décadas de 1920 y 1940, lo convirtió en un espacio de reconocimiento provincial, nacional e internacional.
Muchos jóvenes facultativos provenientes de la Universidad del Litoral, completaron su formación como cirujanos efectuando prácticas en Casilda, al amparo del Doctor Meana, que nunca dejó de pensar en un futuro muy próspero para nuestra población.
Profesionales casildenses de la medicina y de la enfermería fueron, de hecho, quienes lo acompañaron en esos dos momentos tan terribles que debió afrontar, vinculados a los desastres naturales de Chillán (1939) y San Juan (1944), cuando sendos terremotos generaron una catástrofe que manos santafesinas y, especialmente casildenses, ayudaron a paliar. Entre ellos, su esposa en segundas nupcias, Auxiliar de Cirugía Ana María Ereñú, que complementó permanentemente su despliegue en distintas localidades del país y del exterior.
Su gran proyecto para Casilda se vio frustrado, pero es todo un signo de su amor por la ciudad. El Instituto de Cirugía que ideó visualizando un gran porvenir para la práctica médica de esta región, no pudo llevarse adelante por motivos vinculados a los conflictos políticos de su época. No obstante, el edificio que durante tanto tiempo quedara inconcluso, es hoy sede de una escuela de educación secundaria (Escuela Colonia Candelaria Nº 417), pero a la vez compartido con un importante centro de formación en enfermería de Cruz Roja. Tal como si el ideario de Teófilo Meana siguiera insuflando vida al lugar.
Falleció en 1975, alejado de la ciudad de Casilda pero añorando su retorno a ella. De hecho, al detectarse su enfermedad, eligió viajar para permanecer en la ciudad que lo vio descollar, aunque no pudo llegar a su destino. Más allá de esto, tal como lo quiso, sus restos se encuentran en el Cementerio “San Salvador”, junto a los de su apreciado colega, en el Panteón perteneciente a la familia del Doctor Ángel Bilesio.
La reciente visita de su hija Eugenia Meana (quien reside cerca de Roma, Italia), que pasó por las oficinas de “La Voz de Casilda” y pudo ver en su rico archivo gran parte de la trayectoria de su padre, a la vez que nos dejó testimonios y recuerdos sobre su figura, nos ha vuelto a poner en el centro de las preocupaciones la inmensa necesidad de reconocer, como corresponde, a una personalidad que siempre entendió el lugar destacado que Casilda podía llegar a tener en el concierto de los pueblos de nuestro país.
1 Comentarios
TEOFILO MEANA ALCONADA
3 diciembre, 2024, 9:01 amMuchas gracias por recordar a mi abuelo!
REPLY