Edición N° 302 - 5
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Se llamará Pescio la nueva plaza de Casilda

Se llamará Pescio la nueva plaza de Casilda

  Un nuevo espacio verde se prepara en nuestra ciudad, se trata de una plaza ubicada en Barrio Nueva Roma “B”, entre las calles Mendoza, Chacabuco, Maipú y San Juan. «Es una linda idea, no le sacamos nunca la vista a las ideas, esperamos que esto sea un espacio de esparcimiento, de diversión y de

 

Un nuevo espacio verde se prepara en nuestra ciudad, se trata de una plaza ubicada en Barrio Nueva Roma “B”, entre las calles Mendoza, Chacabuco, Maipú y San Juan.

«Es una linda idea, no le sacamos nunca la vista a las ideas, esperamos que esto sea un espacio de esparcimiento, de diversión y de disfrute para las familias», contó el Intendente de Guillermo Franchella, a Día 7, en referencia a las tareas que se iniciaron sobre un terreno que estaba en muy malas condiciones y decidieron poner en valor.  La plaza llevará el nombre del fundador de barrio Nueva Roma, Juan Pescio.

En homenaje a Pescio, Casida tiene una calle que rememora su nombre en Barrio Alberdi y también, un aula en la Escuela «Aristóbulo del Valle» de Nueva Roma.

 

JUAN PESCIO, el Fundador de “Nueva Roma”

Corrían tiempos de prosperidad, propicios para la fundación vertiginosa de pueblos y colonias agrícolas, empresa que auspiciaron conjuntamente el Gobierno Nacional y los Gobiernos Provinciales. Había que “poblar el desierto”.

El desarrollo de la Colonia Candelaria y su incipiente núcleo poblacional “Villa Casilda” impulsaron, en 1886, a Juan Pescio a fundar un pueblo en las inmediaciones de la Villa, hacia el oeste, en inmejorables y elevados terrenos, al que denominó Nueva Roma y cuyo trazado fue aprobado por Decreto del Poder Ejecutivo el 22 de enero de 1889. Al año siguiente se creó la Comisión de Fomento. Don Juan Pescio llegó a Villa Casilda procedente de Pietra Ligure, ubicada en la ribera de Génova, el 27 de noviembre de 1883, requerido por Carlos Casado para hacerse cargo de la Dirección del Molino Candelaria. Luego de comprarle los terrenos va pergeñando el pueblo que él mismo fundara. Consiguió la instalación de una Escuela Fiscal y le dio un gran impulso trayendo pobladores inmigrantes.

Posteriormente se radicaron criollos provenientes de la desaparecida población de Desmochado Afuera, vendió sus terrenos con toda clase de facilidades y cedió los predios destinados a establecimientos públicos, plazas, entre otros.

El error de dar a Nueva Roma una jurisdicción independiente de Villa Casilda provocó un prolongado debate público y serias desavenencias entre los habitantes de ambos pueblos, pues en Villa Casilda existía desde el 3 de abril de 1884 una Comisión de Progreso Local que el día 20 de marzo de 1886 fue convertida en Comisión de Fomento.

El 12 de enero de 1893 se firma el Decreto de Refundición de las dos Comisiones de Fomento en una sola, localizada en Villa Casilda, medida que genera la enérgica protesta de Juan Pescio y de numerosos vecinos de Nueva Roma. Finalmente prevaleció el criterio de mantenerlo en vigencia porque Villa Casilda había sido fundada 20 años antes, por lo que su vida como pueblo estaba bien consolidada. Desde el 12 de enero de 1893 al producirse la unión legal de las dos comunidades, Nueva Roma pasó a depender de Villa Casilda constituyendo hoy uno de los barrios más prósperos de la ciudad.

Juan Pescio, tras ver frustrado su más caro deseo de convertir a Nueva Roma en pueblo, salió fugazmente a ocupar la escena pública a causa de sus nuevos proyectos. Haciendo gala de una filantropía ilimitada, hacia 1900 había donado 12 mil pesos oro, al Instituto Vittorio Emmanuele II, contribuyó para la concreción de la Escuela de Agricultura, cedió un terreno para la instalación de Tiro Federal y años antes, en 1884, ofreció gratuitamente una casa situada frente al cementerio para instalar allí un Lazareto.

En 1900 construía en su propia casa una habitación con tablada cuya capacidad para 500 personas, permitiría ser utilizada como salón para reuniones públicas, sociales y celebraciones patrias. Esta obra era la base del lanzamiento del monumental Centro Cultural que pensaba edificar en la Plaza Colón; en un primer proyecto éste tendría: “…Una base circular de 125 metros de diámetro y una altura de 250 metros. En su cúspide llevaría un globo de metal de 18 metros de diámetro, sobre la cual estaría la estatua de Colón de 9 metros de altura. El interior del monumento sería aprovechado para teatro, exposición permanente, casa de comercio, sport, música, observatorio astronómico, faro y panteón.” La financiación de la obra se obtendría a través de una rifa cuyos premios eran 33 lotes de terreno en Nueva Roma, pero el desinterés de la Comisión de Fomento de Villa Casilda fue la causa de su frustración. Ante esta situación, Pescio puso a disposición de “todos los jefes de estado del Orbe”, su proyecto del Monumento a Colón, modificando ahora sus dimensiones, elevando su altura a 1220 metros. El número de columnas que compondrían el monumento sería de 8584, de 55 metros de alto y 5 de diámetro cada una, construidas con hierros, machimbrados el uno con el otro, y de un metro de alto.

A mediados del siglo XIX, la Península Itálica se hallaba dividida y subordinada a la dominación de potencias extranjeras. El Rey de Piamonte Vittorio Emanuele II y el Ministro Cavour delinearon la política de Liberación y Unificación italianas, aliándoseles los revolucionaros liberales Mazzini y Garibaldi, quienes ya operaban en los territorios oprimidos. Victoriosos en el Norte en 1859, obtuvieron la unificación final el 20 de septiembre de 1870 al tomar Roma, hasta ese momento bajo el poder político del Papado.

Pescio vivió este proceso revolucionario y asimila la ideología del “Resurgimiento Italiano”, constituyéndose en un ferviente defensor del liberalismo. El genovés procedente de la zona más moderna de Italia y paisano de Mazan, sentía un profundo orgullo por el papel desempeñado por Piamonte, reino del cual Liguria era tributaria del progreso expandido en la formación de la nación italiana. De ideales independentistas y filiaciones monárquicas, influido por la necesidad de resaltar los valores y símbolos característicos de la Nación-Estado italiana, trasladó al ámbito argentino estas necesidades políticas que había internalizado en su tierra natal exaltando el culto al patriotismo en el ámbito local; asociando a esto el deber moral de operar como difusor de los ideales de progreso material y espiritual.

En 1985 al desmantelarse una antigua edificación en el actual barrio Nueva Roma fue hallado un cilindro de zinc (encontrado en el interior de una de las paredes) que contenía varias láminas con la fotografía de Pescio, me[1]dallas y artículos publicados en Bs. As., en los que exponían sus ideas anticlericales, posición que se sobredimensión a partir de 1898 cuando se produjeron las rebeliones de proletarios y de campesinos italianos. El Estado aplastó el movimiento popular granjeándose la oposición de los partidos republicanos y de izquierda. Pescio acusó al “Partido Negro” (Los Clericales) de ser el causante de los sucesos que derivaron en la muerte del Rey, haciendo peligrar la unidad italiana y acusando directamente al Papa de principal instigador. Estos trágicos acontecimientos movilizaron a la colectividad italiana a reafirmar públicamente su apoyo al gobierno real, organizando la conmemoración más grande realizada en Villa Casilda y Nueva Roma hasta esa fecha (20 de septiembre de 1900).

En ese año, la celebración alcanza ribetes nunca antes vistos. Pescio se convirtió en el protagonista, logrando que Nueva Roma fuera sede del festejo; por otro lado, la fecha era especial puesto que se cumplía en dicha ocasión, el 30º aniversario de la Independencia Italiana. Nuevamente aparece en la escena pública local con motivo de la Declaratoria de Casilda como Ciudad el 29 de septiembre de 1907, fecha en la que su Nueva Roma queda definitivamente incorporada al ejido del nuevo Centro Urbano. Allí su figura es reverenciada como verdadero fundador. Se le otorgó, en homenaje, un pergamino firmado por el vecindario y entregado por los miembros de la Comisión Popular de Fiestas que estaba presidida por el empresario Carlos Sauberán. Fallece en un accidente automovilístico en Rosario, en el transcurso del año 1938.

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