Edición N° 254 -

“Nacio” o “Nacional” o 417:

“Nacio” o “Nacional” o 417:

Cualquiera sea el nombre con el que se te invoque sabemos de quién estamos hablando. Esta carta es para celebrarte. Conocemos la calidez de las personas que te transitan o te transitaron y la calidad y empeño del trabajo que se lleva a cabo “puertas adentro”. Las instituciones –especialmente las educativas– no están pasando hoy

Cualquiera sea el nombre con el que se te invoque sabemos de quién estamos hablando. Esta carta es para celebrarte. Conocemos la calidez de las personas que te transitan o te transitaron y la calidad y empeño del trabajo que se lleva a cabo “puertas adentro”. Las instituciones –especialmente las educativas– no están pasando hoy por su mejor momento; aun así, seguís de pie, dándolo todo, ofreciendo albergue a las personas que, por uno u otro motivo, tenés cerca: personal docente y no docente, alumnos, familias…
La misión que te caracteriza es la de instruir, aunque jamás dejaste de contener y de dar apoyo a quienes lo necesitaron. Nunca hiciste oídos sordos a las demandas sociales; con mayor o menor protagonismo siempre se notó tu compromiso con la gente: trabajo sostenido, como una colmena laboriosa y ajetreada, como el repetitivo engranaje de las máquinas que producen, como una orquesta. Cada uno desempeñando el rol que le toca, mejorándolo.
Cumplir años en pandemia implica un festejo extraordinariamente menos bullicioso que los que tenemos en la memoria; sin embargo, acá estamos para seguir abrazándote como venimos haciéndolo por tradición desde aquel 8 de julio de 1952. Cambiaron las personas, algunas se fueron para siempre llevándose con ellas el amor y el respeto que te prodigaron; otras te extrañan desde sus casas; hay quienes estuvieron vinculadas con vos un tiempo efímero e igualmente te recuerdan. Existen también aquellas que no llegaron a conocerte demasiado…
Vos sabés que sos mucho más que un edificio; sos una trama de vínculos, un reservorio de energías que se nutren mutuamente; sos un soporte, una fortaleza, una estructura que armoniza con los tiempos que te atraviesan y, muchas veces, te convertís en el único sostén de las personas.
Estos 69 años de vida se parecen a los oleajes en el mar, embestidas de fuerzas que nos alejan o nos acercan, que propician cambios que nos fortalecen o que nos repliegan. En 2021, fiel a tu esencia, mantenés el compromiso acérrimo con los ideales con los que te forjaste y con los que te fundaron, privilegiando la veta humana y fortaleciendo la educación de los jóvenes que formaste y seguirás formando. La sociedad exige instituciones que sintonicen con su presente.
“Nacio” sos un sello, una marca registrada; sos un montón de historias que se entrecruzan; sos la suma de emociones, de caracteres, de personalidades y de singularidades que nos hacen ser quienes somos. Estás impregnada de voces, de silencios y de miradas –de antes y de ahora–, que se renuevan cada vez que te cantamos el “feliz cumpleaños”.
En tu cálido corazón de cemento vive el recuerdo de seres humanos que ya no están entre nosotros: madres (Club de Madres) y padres (Asociación Cooperadora) que trabajaron incansable y desinteresadamente; y personas emblemáticas como Violeta (Ginestar), Hernán (Nin), Elsa (Rodríguez), María Antonieta (Zemme), Isabel (Giuli), Marta (Abbate), Irma (Gorziglia), Elidia (Luraschi), Dinorah (Poletto), Guido (Berrini), Mario (Censi), Juan Carlos (Vettori), Eduardo (Agnesse), Olguita (Olga López), Jorge (Rosetti), Antonia (Lucero), Raquela (Osemani), Estela (Morán), Ricardo (Pinat), Roberto (Bazzet), Clarita (Maskiker), Jorge (Liborio), Primo (Baetti), Velia (Márquez), “Pepa” (María Elena González), Hilda (Crévola), Miguel Ángel (Santi), Alfredo (Romero), Ricardo (Fregoni), “Toli” (Teodoro Franco), Jorge (Andrich), “Jeanette” (Juana Papávero), Alicia (Schiafino), Isabel (Schiavon), Camilo (Carranza), Jorge (Varela), don Eduardo (Galese), Graciela (Andreose) y la “Señora de Bonfatti” (Graciela Torres). La omisión de nombres no obedece sino a la fragilidad de la memoria.
Querida “Nacio”, gracias por estar, por permanecer, por hospedar, por contener; gracias por ser nuestro refugio cuando nos pensamos solos, desorientados, desafiados, temerosos, frustrados… Gracias por los momentos compartidos, por la alegría de pertenecer, por el abrazo apretado en el que nos sentimos valorados y por el que somos capaces de afrontar cualquier vicisitud.
Bertol Bretch escribió alguna vez: “Me parezco al que llevaba un ladrillo a cuestas para mostrarle al mundo cómo era su casa”. Siempre serás parte de nuestras vidas porque, vayamos donde vayamos, sos nuestra casa y te llevamos, orgullosamente, a cuestas. ¡Felices 69 años, escuela Nacional!

Comunidad Educativa EESO N° 417 “Colonia Candelaria”

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