Durante la semana, personal del departamento Tránsito realizó diversos operativos de control vehicular en diferentes puntos de la ciudad, con el objetivo de concientizar, prevenir y sancionar, buscando mejorar el tránsito en Casilda. Además, en las madrugadas de sábado y domingo se realizaron controles de alcoholemia en la zona céntrica de la ciudad y sobre Ruta 33.

En los operativos que se llevaron a cabo entre el lunes 28 de enero hasta este domingo 3 de febrero, se controlaron 672 (seiscientos setenta y dos) vehículos, entre autos y motos, se labraron 45 (cuarenta y cinco) actas de infracción y se secuestraron 12 (doce) vehículos, siendo 7 (siete) motocicletas y 5 (cinco) automóviles. Las causas de los secuestros son escapes adulterados, conducción de menores de edad, conducción sin casco, y vehículos sin patente y sin documentación.

Por otra parte, en la madrugada del sábado 2 de febrero se realizaron controles de alcoholemia en la zona céntrica de la ciudad con la colaboración de efectivos de la UR IV. Se realizaron 118 (ciento dieciocho) controles, de los cuales 6 (seis) resultaron positivos con dosajes que van desde 0.70 hasta 1.92. Se labraron 7 (siete) actas de infracción y se secuestraron dos automóviles.

Además, en la madrugada del domingo se realizaron controles de alcoholemia sobre Ruta 33, a la altura de donde estaban ubicadas las cabinas de peaje, con la participación de la Policía Vial, personal de la Agencia Provincial de Seguridad Vial, y personal de Tránsito de la Municipalidad de Casilda. Se realizaron 132 controles, de las cuales sólo 1 (una) resultó positiva con un dosaje de 0.88. Se labraron 3 (tres) actas de infracción, y se secuestró un automóvil.

Es de destacar que el límite de alcohol en sangre sancionable para automovilistas es de 0.50, para los motociclistas es de 0.20, mientras que para el transporte público de pasajeros, sean colectivos o taxis, es de 0.

La intención de la Municipalidad de Casilda con estos controles es cuidar el bien más preciado de sus ciudadanos, que es la vida, tanto de los que se conducen en vehículos como también de los peatones que puedan ser víctimas de conductores alcoholizados. El no dejar seguir a conductores alcoholizados previene siniestros y sus consecuencias.

El llevar adelante estos controles es una política de estado que continuará en el tiempo, siempre pensando en la seguridad de la ciudad, en la seguridad de su gente y en CUIDAR LA VIDA.